lunes, 24 de noviembre de 2008

Su historia...



Ésta es la historia de mi mejor amiga Clara, ella por desgracia, era una mujer maltratada. El maltratador no era su pareja como suelen ser en algunos casos, era su jefe del trabajo. Trabajaba de secretaria en una agencia de viajes, tenía 33 años y es una chica muy guapa y simpática. Hasta que un día empezó a venir a casa con moratones y arañazos, yo le preguntaba qué le había pasado, pero también podía apreciar como se le encharcaban de tristeza y vergüenza aquellos preciosos ojos que tenía. Comprendí que era un tema bastante dificil para ella, pero la única forma de poder ayudarla era poniéndome en su lugar y para ello debía saber cual era el problema. Un día cuando volvíamos juntas de trabajar se lo volví a preguntar, pero esta vez pensé muy detenidamente las palabras para que no se sintiera mal. Empecé con un "No te preocupes, yo estoy y estaré siempre aquí", en cuanto se lo dije se echó a llorar en mis brazos y terminó por contarmelo. Denunciamos al maltratador y a mi amiga la animé a que fuera a un especialista. Ella me hizo caso y al cabo de 12 meses de terapia estaba casi como siempre, ya que, aún con la mejor terapia del mundo eso no se olvida. Para mí fue una gran felicidad saber que estaba mejor y que seguiría hacia delante. Hoy está con ganas de volver a vivir , sin que nada ni nadie se lo impida, ya que la vida es para disfrutar.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Poema: Viajando con Peter Pan





Casi le dejé morir de frío,
una noche de 6° grados de indiferencia…
Me estiraba sus manitas vacíasrecordándome a un papel en blanco.
En cada avenida…¡ Yo le evitaba sin razón…!
No reconocía su corazón partido a medianoche
cuando me lloraba por diez céntimos.
No me acordaba de su pan del día,
cuando en mi casa sobraba a la otra mañana.
Ese invierno, ese infierno:
mis guantes, mi chalina, mi casaca;
sus piecitos helados, su nariz fría,achís, achís…
El mar de mi día a díano se comparaba a su charquito de sueños
de niño chiquito…el hombre que encontré en el camino.
Me hago llamar poeta;
mientras él vuela a la media luz de una vela,
jugando a ser Peter Pan.
Su magia se sube hasta las venas de mis letras
y ya no recuerdo el deceso de mis naderías.
Al apellido lo colgué en el perchero,en una noche de lluvia,
a la mitad de mis días de cementerio.
Sus alas de a mentiritas me llevan más lejos
que cualquier jeep aventurero
y mi noche se ha vuelto escarlata de tanto amor
sacado de su alforja de viajero.De la gasa del cuerpo,
extática y suya,se me han desprendido los pensamientos
y ya no soy más de este lugar…No tengo hogar…
Resido en los puntos suspensivos
de sus silencios deliciosos de sonrisas,en sus pucheros de ruego,
en sus cuentos al anochecer o
en sus planes fantasiosos de ser piloto de vuelo.
Entonces soy fuertey me abrazo a los bosques de su inocencia
y a su vocecita cantándome por la mañana…
en su voz de niño chiquito…el hombre que encontré en el camino.
Aquel que dejó la escuela
y aprendió de la ignorancia,aquel que empezó a trabajarmientras
mudaba dientes,el que viajaba sin documentos
por los desiertos grises de la indiferencia
el que pagaba con canciones
las rutas distraídas, inmutables, sin verano.
El niño mago… el que pega su sombra a la mía
¡ése! ¡el hombre que encontré en el camino!


Y el poema es: “Viajando con Peter Pan.”

por Marie Linares